Se acerca el final del año 2011 y no podemos olvidar que nuestra ciudad lleva un tiempo perdiendo en potencial, perdiendo en calidad, perdiendo en clase política sin que nadie parezca poner remedio.
La grandeza de una ciudad no se mira solo por la cantidad de ciudadanos que tiene, también influyen otros factores como es la clase política, su gente, sus infraestructuras...
La clase política de nuestra ciudad esta viviendo su ocaso, una caída de su valoración que ha ido acompañada de una grave caída en su popularidad, ya nadie les cree pero la falta de creencia viene dada por su extraña obsesión por vendernos el aire y luego trabajar más bien poco por la ciudad. ¿Dónde está esa clase política cercana? ¿dónde quedó la corporación que se dedicaba en cuerpo y alma a los ciudadanos? Todo esto parece haber caído en el olvido.
No podemos olvidar la parte de culpa que le toca a la sociedad, cierto es que el compromiso de la ciudad para mantener la ciudad en el primer nivel de calidad de vida se ha ido disminuyendo en los últimos tiempos, bien sea por la falta de seguridad en algunas zonas de la ciudad, por ejemplo, la calle Franchy Roca durante la noche, bien sea por la falta de civismo con las mascotas, con las pintadas, pero claro, esto no es trasladable a toda la sociedad pero si somos todos responsables de evitar que esto ocurra, pero los gobiernos locales deberían poner más presión en subsanar estos problemas y no dejar que sigan creciendo hasta que sean una bola de difícil contención.
La ausencia de la corporación, o por lo menos de su presencia en las calles, de las soluciones que los ciudadanos demandan han llevado a desvirtuarla día si y día también, los ciudadanos no demandan grandes obras, demandan que sus barrios sean lugares donde desarrollar sus vidas con toda la tranquilidad y la comodidad que se merecen y a día de hoy muchos barrios de la ciudad distan mucho de la tranquilidad y la comodidad, por ello se debe trabajar en lograr una ciudad fuerte, donde todos puedan sentirse orgullosos de vivir en ella y donde todos los barrios puedan ser perfectos escaparates turísticos para nuestra ciudad.
La desidia es la peor de las lacras para una ciudad y llevamos bastante tiempo, viendo como se deterioran calles, aceras y elementos publicos, es dificil cambiar el rumbo de un barco, cuando va arrastrado por la marea, (por poner un ejemplo) pero gracias a actuaciones como la que puedo observarse el dia 22 de diciembre en la plaza Fray Junipero, junto a las canteras, a las 8 de la tarde estaba siendo limpiada a conciencia. con agua a presion. Ya sabemos que es mucho lo que queda, pero siempre los comienzos son dificiles, GRACIAS POR ANIMAR A DAR ESTE, CAMBIO, TAN NECESARIO.
ResponderEliminarTambién hay que recordarles a los ciudadanos que hay que mantener lo poco que nos ha quedado sano, hacer un buen uso. En algunos barrios se destroza literalmente todo lo que se pone para uso publico.